jueves, 26 de diciembre de 2013

GUÍA DE ADECUACIONES CURRICULARES


            Las adecuaciones curriculares, son el conjunto de modificaciones que se realizan en los contenidos, indicadores de logro, actividades, metodología y evaluación para atender a las dificultades que se les presenten a los niños y niñas en el contexto donde se desenvuelven. Constituyen la estrategia educativa para alcanzar los propósitos de la enseñanza, fundamentalmente cuando un niño o niña o grupo de niños y niñas necesitan algún apoyo adicional en su proceso de escolarización. Toman en cuenta los intereses, motivaciones y habilidades de los niños y niñas, con el fin de que tengan un impacto significativo en su aprendizaje.
Existen dos tipos de adecuaciones curriculares:

  • De acceso al currículo:
Se refieren a la necesidad de adecuar las aulas y las escuelas a las condiciones propias de los alumnos y alumnas. Se relaciona con la provisión de recursos especiales, tales como: elementos personales, materiales especiales, organizativos, etc. Facilitan a los alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales el desarrollo, en las mejores condiciones posibles, de los aprendizajes que forman parte de su currículo.

  • De los elementos básicos del currículo:
Conjunto de modificaciones que se realizan en los contenidos, criterios y procedimientos evaluativos, actividades y metodologías para atender las diferencias individuales de los y las alumnas con necesidades educativas especiales. Los elementos básicos del currículum son: las competencias, los contenidos, las actividades, los métodos, la evaluación, los recursos, la temporalizarían, el lugar de la intervención pedagógica, etc.

El Currículum Nacional Base del Nivel de Educación Primaria, se fundamenta en una nueva concepción que abre espacios para realizar cambios profundos en el sistema educativo.  Para lograr una sociedad pluralista, incluyente, solidaria, justa, participativa, intercultural, pluricultural, multiétnica y multilingüe.
Ser incluyente en el nuevo currículo es, educar en la diversidad, lo que significa incluir a todos los niños y niñas con necesidades educativas especiales en clases regulares a pesar de la naturaleza de sus condiciones y proveerles la oportunidad de que participen en el mismo proceso educativo que se ofrece a los niños y niñas en el aula regular.
El currículo, engloba todas las posibilidades de aprendizaje que ofrece la escuela, referidos a conocimientos conceptuales, procedimentales, actitudinales y valores.  Está contextualizado a la vida real del aula y comunidad, y va más allá de lo cognitivo, está centrado más en los procesos de enseñanza-aprendizaje que en los resultados y motiva al niño y a la niña a ser el constructor de su propio aprendizaje. Algunas características del currículum son: su flexibilidad, su integralidad, es perfectible y participativo.

Existen seis pasos para desarrollar una adecuación en el aula, que son:
1.- Revisar la evaluación psicopedagógica individual: Se realiza para detectar dificultades que pueden presentar un niño, asociadas o no a la discapacidad, de la cual se obtiene un diagnóstico que especifica el tipo o nivel de discapacidad que presenta el estudiante
2.- Lectura de las competencias: El docente analizará las competencias de grado al que pertenezca el niño con necesidades educativas especiales, tomando en cuenta el tipo de discapacidad. 
3.- Adecuaciones a los indicadores de logro, tomando en cuenta la competencia: La evidencia de la actuación y la aplicación del conocimiento pueden ser modificadas, agregando a los que ya existen en cada área del aprendizaje. Un aspecto importante del indicador de logro es que debe ser objetivamente verificable.
4.- Adecuación de contenidos: Realizar modificaciones a las estructuras gramaticales y el vocabulario, adecuándolas al nivel del alumno o alumna: reemplazando algunos términos por sinónimos, explicando el significado entre paréntesis o con notas de pie, seccionando o reescribiendo frases demasiado largas o complejas.
5.- Adecuaciones en la metodología: Se le sugiere fomentar técnicas de trabajo cooperativo en las diferentes áreas curriculares para favorecer la interacción de los alumnos y alumnas y la consecución de competencias y contenidos.
6.- Adecuaciones en la evaluación: El propósito de la evaluación debe ser orientar y regular el aprendizaje para que esté sea significativo para los niños y niñas.  Además debe ser un proceso que facilite el desarrollo y la realización personal en función de las competencias propuestas.
También existen instrumentos de evaluación para evaluar a los niños y niñas con discapacidad o sin discapacidad como los siguientes:
--Lista de cotejo
--La ficha anecdótica
--El portafolio
 
Generalidades de las adecuaciones curriculares para distintas necesidades educativas especiales:

El aprendizaje en los alumnos y alumnas sordas:
Debe tenerse presente que la niña o el niño sordo sólo sabe lo que ve. Muchas veces entiende al revés, no hace lo que tiene que hacer y es reprendido(a) por ello. No comprende ni las reacciones de los otros ni las exigencias. Presentan dificultad en la producción del lenguaje oral porque no accede a los modelos lingüísticos sonoros. Su percepción auditiva, altamente dañada, no está en condiciones de transmitir al cerebro los datos lingüísticos acústicos necesarios y suficientes para que las operaciones lógicas (relaciones de identificación, oposición, intersección e inclusión).
Los niños y niñas hipoacúsicos:
El término hipoacúsico alude a una audición disminuida de cualquier grado. En todo caso la niña o niño hipoacúsico logra por sí mismo (a) adquirir palabras sueltas, onomatopeyas, vocalizaciones ininteligibles e interjecciones en expresiones que hacen pensar en un simple retardo del lenguaje y no en una hipoacusia. Es importante, que el o la docente conozcan estrategias de trabajo con estos niños y niñas, porque la carencia de audición hace, también, que el niño o niña estén sujetos a restricciones en el desarrollo de la experiencia y por ende, al riesgo de deslizarse en otra categoría institucional: la discapacidad intelectual.
Niñas y niños sordos:
En la adecuación curricular a este respecto se recomienda la presencia de un auxiliar docente que utilice el lenguaje de señas como facilitador de la comunicación entre docentes y alumnos. De alguna manera, se sugiere incorporar maestros especiales para estos alumnos y alumnas. Se les apoyará con ilustraciones de dibujos o imágenes, además se hará uso del lenguaje de señas.
Leer en voz alta con fines comunicativos, con articulación correcta. Para la adecuación de esta competencia, puede sustituirse por un trabajo de expresión en lenguaje de señas acerca de los contenidos expresivos más relevantes de la lectura propuesta.
Los niños y niñas con discapacidades visuales:
Deben confiar en los datos sensoriales no visuales para acceder al conocimiento de la realidad.  Para ello utilizan las experiencias de toque y kinestésicas (tacto), y la audición para desarrollar su conocimiento del mundo circundante. El sentido kinestésico es quizás, el que más requiere estimulación para su desarrollo, porque a veces está ausente en los niños y niñas con discapacidades visuales la motivación para realizar actividades motoras gruesas y desarrollar sus destrezas físicas, ya sea por miedo propio o de sus padres.
Los niños y niñas con discapacidad intelectual psicológicamente necesitan: Que las actividades para construir sus aprendizajes se basen en sus potencialidades, es decir, en los aspectos en que su rendimiento pueda ser mejor, determinadas a partir de una cuidadosa evaluación. Mantener altas expectativas acerca de los posibles logros. Experiencias de aprendizaje ricas y variadas. Dejar siempre la posibilidad que el niño o niña avance cada vez más en los aprendizajes, sin fijarle un límite, que pueda predisponerlo a que no lo logre.  Permitir flexibilidad en los horarios y actividades para adaptarlas a su ritmo de producción. Reducir la presión de aspectos externos al aprendizaje mismo, como la promoción, la comparación con otros. etc. Ponderar cuidadosamente los contenidos que se han de tomar en cuenta para la evaluación, para poder dar cuenta de los avances más significativos.
Los niños y niñas con discapacidad intelectual socialmente necesitan:
Sentir que son aceptados, y que verdaderamente son parte integrante del grupo de clase; crear una atmósfera de respeto y comprensión para todos en la clase y la institución, reconociendo y aceptando las diferencias individuales. Proporcionarle exigencias claras y explícitas tanto desde el punto de vista académico, como del intercambio social.  Proveer un clima institucional que propicie la colaboración entre los miembros del equipo, y fundamentalmente con los padres. Diseñar planes y programas que favorezcan la inclusión efectiva no sólo en el ámbito educativo, sino además en otros como el recreativo, laboral, etc.
El aprendizaje en niños y niñas con discapacidad motora:
Un niño(a) con discapacidad motora es aquel que presenta de manera transitoria o permanente alguna alteración de su aparato motor, debido a un deficiente funcionamiento en el sistema nervioso, muscular u óseo articular, o en varios de ellos relacionados, que en grados variables limita alguna de las actividades que pueda realizar el resto de las personas de su edad.
El aprendizaje en niños y niñas con altas capacidades o dotados:
Los niños y las niñas con altas capacidades o superdotaciones, son personas con una inteligencia significativamente superior o normal, dentro de los tipos de talentos que se pueden representar se encuentran capacidades en lo intelectual, deportivo, musical, habilidades motrices, verbal o numérica muy desarrolladas. La superdotación puede afectar a la adaptación del niño o niña a la escuela, frecuentemente, como resultado de esta situación, no adquiere en el grado correspondiente los contenidos básicos, arrastrando déficits formativos a su vez les impiden aprender nuevos contenidos, lo que genera una espiral creciente de desmotivación y desinterés por la vida escolar.












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